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Eficacia de los probióticos en niños con un trastorno del espectro autista

Boletín Psicoevidencias nº 56
ISSN 2254-4046

PREGUNTA COMPLETA

¿Son eficaces los suplementos con probióticos en el tratamiento de niños con trastorno del espectro autista?

PREGUNTA PICO

Población: población infantil con un diagnóstico de trastorno del espectro autista (TEA).
Intervención: uso de probióticos.
Comparación: no hay grupo de comparación.
Resultado: reducción de los síntomas nucleares del TEA en niños, así como mejoría de los síntomas gastrointestinales comórbidos.

ESTRATEGIA DE BÚSQUEDA

Se realizó una primera búsqueda en PubMed utilizando los descriptores (MeSH terms): “probiotics” AND “autism”. Se empleó un filtro temporal, seleccionando únicamente las publicaciones de los últimos cinco años; así como un filtro etario, incluyendo únicamente a la población infantil. En dicha búsqueda se obtuvieron 19 resultados, de los cuales se seleccionaron tres revisiones, un ensayo clínico y un estudio de casos y controles por adecuarse a la pregunta PICO.

Posteriormente, se repitió la búsqueda utilizando los mismos descriptores y límite temporal en Dynamed, Trip Database y en la Cochrane Library, sin obtener resultados adicionales; así como en la base de datos Epistemonikos, seleccionándose una revisión sistemática que se adecuaba a la pregunta PICO.

RESUMEN DE LA EVIDENCIA

La publicación más reciente en torno a este tema señala la existencia de una relación entre la mejoría de la salud intestinal y la reducción de los síntomas del autismo, demostrada a partir de los resultados obtenidos en diversos estudios. En línea con esto, el artículo concluye que los probióticos resultan útiles en la mejoría de la progresión del autismo y en la reducción de los déficits cognitivos y conductuales característicos de dicho trastorno (1).

Una revisión sistemática publicada en el 2019, que incluye cinco ensayos clínicos recientes, proporciona evidencia indicativa, pero no concluyente, del papel beneficioso de los probióticos en la mejoría de las alteraciones conductuales del TEA y de los síntomas gastrointestinales comórbidos. Finaliza subrayando la necesidad de llevar a cabo ensayos clínicos adicionales, más rigurosos, para confirmar dichos resultados, apuntando a la posible existencia de sesgos en los ensayos clínicos actuales, en relación con un tamaño muestral excesivamente reducido o con el empleo de herramientas de medida no estandarizadas (2).

En línea con esto último, otra revisión sistemática del mismo año, que incluye 8 ensayos clínicos concluye que pese a los hallazgos preclínicos prometedores, realmente no existe evidencia suficiente para afirmar que los probióticos son eficaces en el manejo de los síntomas gastrointestinales o conductuales en niños con TEA. Esto lo relaciona con la escasez de ensayos clínicos controlados randomizados disponibles, con el reducido tamaño muestral de los existentes (N<50), así como con la ausencia de un régimen de probióticos estandarizado: con unas cepas de probióticos específicas, unas concentraciones concretas y una duración del tratamiento determinada. Concluye, por tanto, que la utilidad clínica de los probióticos en el TEA tendría que ser validada en estudios futuros (3).

En otra publicación se afirma que el TEA está relacionado con un desequilibrio en la microbiota intestinal (disbiosis) y que a pesar de que la relación causa-efecto entre el TEA y la microbiota intestinal todavía no está totalmente establecida, el consumo de probióticos específicos constituiría una herramienta libre de efectos secundarios, útil en el restablecimiento de la homeostasis intestinal; contribuyendo de esta manera a mejorar los problemas gastrointestinales comórbidos en el TEA. Por otra parte, se comprueba su papel en la estimulación de la producción de oxitocina, influyendo así positivamente en la conducta social de los niños afectos de TEA (4).

Un estudio prospectivo abierto publicado en el 2017 concluye que los probióticos tienen efectos beneficiosos tanto en las manifestaciones comportamentales como gastrointestinales del TEA. Establece que los probióticos, por tanto, representarían una opción no farmacológica y relativamente exenta de riesgos, que podría recomendarse para niños con TEA como terapia adyuvante. Sin embargo, remarca las limitaciones del estudio, al ser unicéntrico y contar con un número reducido de pacientes (30 niños con TEA de 5 a 9 años); motivo por el que recomienda la realización de ensayos clínicos controlados randomizados adicionales a fin de confirmar críticamente la eficacia de los probióticos en el TEA (5).

Por último, los resultados de un ensayo clínico controlado randomizado llevado a cabo en el 2016 en Italia, no incluido en las revisiones sistemáticas previamente mencionadas, sugieren que en los niños con TEA las disfunciones gastrointestinales podrían estar asociadas con unas tasas más altas de irritabilidad, rabia, conductas agresivas y trastornos del sueño. Por este motivo, el tratamiento de estos síntomas con la administración de probióticos podría no solo reducir los costes generales de este trastorno, sino también mejorar la adherencia de estos pacientes y de sus familias a los tratamientos educacionales y de rehabilitación (6).

CONCLUSIONES

A partir de las publicaciones comentadas, se concluye que los probióticos constituyen una herramienta no farmacológica, libre de secundarismos, prometedora en la reducción de los síntomas nucleares del TEA en niños, así como en la mejoría de los síntomas gastrointestinales comórbidos; siendo potencialmente recomendables como terapia adyuvante.

Sin embargo, en la mayoría de estudios se enfatiza la necesidad de realizar ensayos clínicos adicionales para confirmar los resultados, debido al número reducido de ensayos disponibles actualmente, así como a la posible existencia de sesgos en la realización de los mismos. Estas limitaciones son las que condujeron a una de las revisiones sistemáticas mencionadas a concluir que no existe evidencia suficiente para afirmar la utilidad de los probióticos en los niños con TEA.

EVALUACIÓN DE LA EVIDENCIA

Grado Estudio Número
1 Revisión sistemática/Metaanálisis 4
2 Ensayo clínico aleatorizado 1
3 Cohortes/Casoscontroles 1
4 Opinión de expertos 0
G Guías de práctica clínica 0

REFERENCIAS

(1) Chidambaram SB, Tuladhar S, Bhat A, Mahalakshmi AM, Ray B, Essa MM et al. Autism and gut–brain axis: role of probiotics. Adv Neurobiol. 2020; 24:587-600.
(2) Lun J, Wan G-B, Huang M-S, Agyapong G, Zou T-L, Zhang X-Y et al. Probiotic Therapy for Treating Behavioral and Gastrointestinal Symptoms in Autism Spectrum Disorder: A Systematic Review of Clinical Trials. Curr Med Sci. 2019; 39(2):173-184.
(3)Xiang Q, Loke W, Venkatanarayanan N, Yutong D, YS A, SY W. A Systematic Review of the Role of Prebiotics and Probiotics in Autism Spectrum Disorders. Medicina. 2019; 55(129):1-10.
(4) Srikantha P, Mohajeri MH. The Possible Role of the Microbiota-Gut-Brain-Axis in Autism Spectrum Disorder. Int J Mol Sci. 2019; 20(2115):1-28.
(5) Shaaban SY, Gendy YG, Mehanna NS, Senousy WM, Feki HS, Saad K et al. The role of probiotics in children with autism spectrum disorder: A prospective, openlabel study. Nutr Neurosci. 2017.
(6) Santocchi E, Guiducci L, Fulceri F, Billeci L, Buzzigoli E, Apicella F, et al. Gut to brain interaction in Autism Spectrum Disorders: a randomized controlled trial on the role of probiotics on clinical, biochemical and neurophysiological parameters. BMC Psychiatry. 2016; 16(183): 1-16.

AUTORÍA

Begoña Itziar Pérez Longás. MIR3 Psiquiatría. Hospital Lluis Alcanyís, Xàtiva (Valencia).
Adriana Quero Martín. PIR4 Psicología Clínica. Hospital Universitario Reina Sofía, Córdoba.
Irene Agulló García. FEA Psiquiatría. USMIA Sueca (Valencia).